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Verdemar-Ecologistas en Acción alerta de la presencia y extensión de la Margarita del Cabo especie exótico-invasora en La Línea

Verdemar-Ecologistas en Acción alerta de la presencia de la especie exótico-invasora en la zona de litoral de la playa de San Clara en el municipio de La Línea, Cádiz. Es planta es, en su nombre científico la  Arctotheca calendula. La expansión de la misma es bastante rápida y a la vez un elemento que altera los ecosistemas.
Es una planta herbácea de la familia de las margaritas, anual o perenne según el clima, de pequeño tamaño que crece formando rosetas. Hojas con dientecillos en sus bordes, de color verde oscuro en el haz y muy pelosas en el envés (color blanquecino). La flor es una margarita de color amarillo por el exterior y negro por el interior, de unos 3-5 cm de diámetro. El fruto tiene una especie de plumero fibroso de color blanco, puede ser transportado largas distancias por el viento.
Se trata de una planta nativa del sur de África, en concreto, de las costas de la región del Cabo. Es una especie termófila, es decir, prefiere las zonas cálidas, incapaz de soportar las heladas y propia de ambientes marítimos. En general, prefiere los suelos de arena, algo alterados y siempre próximos a la costa, siendo muy frecuente verlas en playas de arena, hábitats dunares, cunetas, etc.
Verdemar-Ecologistas en Acción recuerda que es una especie exótica-invasora que florece prácticamente en cualquier época del año, aunque prefiere los meses de primavera, cuando sus flores son más abundantes. La reproducción tiene lugar mediante semillas, que son producidas en grandes cantidades, lo que favorece que se disemine por el territorio con gran facilidad.
Desde hace unos años se vieron los primeros ejemplares en las proximidades del límite provincial con Málaga y Cádiz,  hoy en día se ha propagado muy rápidamente, apareciendo bastantes ejemplares en la zona del litoral de la playa de Santa Clara, en La Línea.

La Margarita del Cabo es una especie que aprovecha los suelos alterados para reproducirse, de forma que puede llegar a colonizar también hábitats de alto valor ecológico, provocando graves daños a las especies y las comunidades vegetales. Sus semillas son capaces de permanecen hasta ocho años “dormidas”, a la espera de unas condiciones favorables para germinar. Por lo que se hace necesaria una actuación inmediata para revertir el ecosistema ya de por sí bastante afectado por otras especies foráneas.

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